El Dirigente de la Comunidad Laube sirvió con la palabra "¿Qué hacen los que son bautizados por los muertos? Si los muertos no resucitan, ¿para qué serán bautizados?" (1 Corintios 15:29)
Habló de ello, como ya en el Antiguo Testamento, pero también en el Nuevo Testamento, la necesidad de la salvación de los difuntos fue señalada y tomada en cuenta. Hemos oído que las almas que van a la eternidad tienen la misma necesidad que los vivos de acercarse a Dios. Es una riqueza de la fe Nuevo-apostólica, recordar y ayudar a los difuntos tres veces al año. No se trata sólo de aquellos que conocemos. También se trata de aquellos a los que nadie conoce y de los que nadie es responsable.
Las oraciones siguen siendo un elemento fundamental para ser una ayuda a las almas de la eternidad.
Un solo, dúo y cuarteto adornaban el recogimiento y preparaban para el domingo siguiente. Un total de 37 personas, estuvieron presentes. Cada uno de ellos encendió una vela y la colocó frente al altar en memoria de los que dejaron la tierra antes que nosotros.
Fueron momentos conmovedores, donde la comunión de lo temporal y la eternidad se podían encontrar.